Nueva Politica Digital
Ejercicio de masoquismo. Primero, entrar en la nueva página web de la Casa Blanca y mirarla con atención. Segundo, ir a la de La Moncloa y llorar. Barack Obama y su equipo lo tienen claro: "WhiteHouse.gov será una parte central de la promesa del presidente Obama de hacer de su Gobierno el más transparente y responsable de la historia de Estados Unidos".
La residencia virtual del presidente va a ser, como mínimo, tan importante como la real. Nuevas herramientas para nuevos retos con, eso sí, los mismos valores, según ha recalcado Obama en su discurso inaugural. Internet será uno de los nuevos instrumentos de este gobierno y ocupará un lugar privilegiado.
En primer lugar, explica Macon Phillips, director de Nuevos Medios de la Casa Blanca, servirá para conectar no sólo con EEUU, sino con el resto del mundo. Nace con vocación global pero, curiosamente, no está completa en español, quizá su principal error que tendrá que subsanarse. Añade Phillips, en el blog oficial -una de las grandes novedades con un lugar privilegiado en la página-, que éste sólo es el comienzo.
Toda la administración se renovará en la Red. Tres serán los pilares de la transformación:
Comunicación. Habrá contenidos en profundidad sobre temas de actualidad fácilmente accesibles para cualquiera. Y un blog, ya en marcha, con actualizaciones constantes del equipo de comunicación. Todo encuadrado en una sala informativa donde se publicarán galerías de fotos, el mensaje en vídeo semanal de Obama e información sobre sus diversos actos oficiales.
Transparencia. Durante los cuatro años que durará la presidencia, todo el mundo podrá acceder a las órdenes ejecutivas, las proclamaciones y los nombramientos de Obama. También habrá un espacio permanente para los planes del gobierno dividido por áreas. Y, como hasta ahora, todo tipo de información de contexto sobre los altos cargos, la Casa Blanca y las agencias gubernamentales.
Participación. Hasta ahora, el equipo de Obama ha pedido a los estadounidenses que envíen al presidente sus sugerencias para el gobierno. La colaboración ciudadana seguirá como una de las prioridades de la Casa Blanca. De momento, anuncian que cumplirán con una de las promesas de la campaña electoral: publicar toda la legislación que no sea urgente durante cinco días para permitir que los ciudadanos opinen sobre ella antes de que el presidente la firme.
Salvo el fallo del idioma, el nuevo hogar de Obama tiene muy buen aspecto, aunque aún haya mucho por hacer. Apunta alto y con tino, sin locuras y bien organizado. Se aleja con acierto de las redes sociales, válidas para una campaña pero no para una presidencia. Cuenta con una licencia Creative Commons que permite a cualquiera utilizar sus contenidos como quiera siempre que diga de dónde los ha obtenido. Multiplica las formas de informar a los ciudadanos y cuida los detalles.
Si hay una duda es la de la participación. ¿Cómo se gestionará? ¿Será capaz el nuevo gobierno de organizar y filtrar la respuesta ciudadana a su proyecto? ¿Se tomarán decisiones en función de las opiniones de los estadounidenses a través de Internet?
La residencia virtual del presidente va a ser, como mínimo, tan importante como la real. Nuevas herramientas para nuevos retos con, eso sí, los mismos valores, según ha recalcado Obama en su discurso inaugural. Internet será uno de los nuevos instrumentos de este gobierno y ocupará un lugar privilegiado.
En primer lugar, explica Macon Phillips, director de Nuevos Medios de la Casa Blanca, servirá para conectar no sólo con EEUU, sino con el resto del mundo. Nace con vocación global pero, curiosamente, no está completa en español, quizá su principal error que tendrá que subsanarse. Añade Phillips, en el blog oficial -una de las grandes novedades con un lugar privilegiado en la página-, que éste sólo es el comienzo.
Toda la administración se renovará en la Red. Tres serán los pilares de la transformación:
Comunicación. Habrá contenidos en profundidad sobre temas de actualidad fácilmente accesibles para cualquiera. Y un blog, ya en marcha, con actualizaciones constantes del equipo de comunicación. Todo encuadrado en una sala informativa donde se publicarán galerías de fotos, el mensaje en vídeo semanal de Obama e información sobre sus diversos actos oficiales.
Transparencia. Durante los cuatro años que durará la presidencia, todo el mundo podrá acceder a las órdenes ejecutivas, las proclamaciones y los nombramientos de Obama. También habrá un espacio permanente para los planes del gobierno dividido por áreas. Y, como hasta ahora, todo tipo de información de contexto sobre los altos cargos, la Casa Blanca y las agencias gubernamentales.
Participación. Hasta ahora, el equipo de Obama ha pedido a los estadounidenses que envíen al presidente sus sugerencias para el gobierno. La colaboración ciudadana seguirá como una de las prioridades de la Casa Blanca. De momento, anuncian que cumplirán con una de las promesas de la campaña electoral: publicar toda la legislación que no sea urgente durante cinco días para permitir que los ciudadanos opinen sobre ella antes de que el presidente la firme.
Salvo el fallo del idioma, el nuevo hogar de Obama tiene muy buen aspecto, aunque aún haya mucho por hacer. Apunta alto y con tino, sin locuras y bien organizado. Se aleja con acierto de las redes sociales, válidas para una campaña pero no para una presidencia. Cuenta con una licencia Creative Commons que permite a cualquiera utilizar sus contenidos como quiera siempre que diga de dónde los ha obtenido. Multiplica las formas de informar a los ciudadanos y cuida los detalles.
Si hay una duda es la de la participación. ¿Cómo se gestionará? ¿Será capaz el nuevo gobierno de organizar y filtrar la respuesta ciudadana a su proyecto? ¿Se tomarán decisiones en función de las opiniones de los estadounidenses a través de Internet?
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